LA
VERDAD
Por: samael aun weor
En tanto uno no haya experimentado directamente eso que no es del tiempo
eso que es la verdad no tendrá esa energía, ese ardor, ese incentivo, esa
fuerza continua que se necesita para
trabajar terriblemente sobre si mismos.
En estos tiempos modernos, los aspirantes son tibios, no trabajan sobre
sí mismos en forma continua, ardientemente; esto se debe precisamente, al hecho
concreto de que nunca han experimentado realmente eso que está más allá del
cuerpo, los afectos y la mente, eso que es la verdad.
No es posible tener incentivo para el trabajo continuo sobre sí mismo,
si no se ha experimentado previamente lo
real.
Eso que uno siente en lo más hondo de su propio ser, es lo único que
puede experimentar directamente aquello que no es del tiempo.
Eso que está de este lado del río por aquí en el valle del samsara, es lo
que sufre...
Aquello que está al otro lado del río es eso que no es del tiempo... eso
es eso y tú no lo conoces.
El ser del ser está más allá del yo, en el jardín del amor, en eso que
no es del tiempo...
El ser del ser está muy lejos del cuerpo, de los afectos y de la
mente...
Nosotros, los hermanos de servicio, sufrimos mucho por estos pobres
humanoides que viven en este valle de amarguras, queremos llevárnoslos al otro
lado del río...
Solo el cuerpo de transformación, (el nirmanakaya), puede prepararnos
para la experiencia continua de eso que no es del tiempo.
El cuerpo de nirmanakaya se recibe cuando uno renuncia al nirvana por
amor a la humanidad; más hay que crearlos en la “novena esfera”, tú, lo sabes.
El cuerpo de nirmanakaya solo lo poseen los bodhisatwas de compasión,
esos que renunciaron a la felicidad por amor a la humanidad doliente.
Sólo el cuerpo de nirmanakaya o cuerpo de transformación, nos convierte
en seres capaces de experimentar continuamente lo real.
Muchos entenderán estas
líneas con el intelecto más no son conscientes de estas enseñanzas porque no
las han experimentado directamente.
Esas personas no saben qué es la verdad
porque no la han visto, porque no la han experimentado, porque no están
conscientes de ella.
La verdad es lo desconocido de instante en instante.
La verdad es eso que es siempre nuevo.
La verdad es lo atemporal.
Lo que uno siente en su corazón, el dolor que un instante dado le aflige
tiene su raíz en el tiempo.
Al otro lado del río esta siempre aquello que nada tiene ver con el
tiempo.
La plenitud real, la autentica felicidad se encuentra al otro lado del
río.
Las familias, surgen en el tiempo, se pierden en el tiempo, son siempre
subjetivas, inconscientes y sufren mucho.
Los grupos humanos aparecen y desaparecen en el tiempo, son muertos que
viven.
Esas sombras del pasado son fantasmas, que lloran y que a través del
callejón del presente se proyectan hacia el futuro.
Sombras del ayer proyectándose en el futuro a través del callejón del
presente.
Entre esas sombras del tiempo existen muchos conflictos.
Conflictos subjetivos de los grupos que lloran, tú lo sabes.
Pobres seres inconscientes que aparecen y desaparecen como fantasmas en
el tiempo.
Lo que está tras de nosotros mismos en lo interior de lo interior, es el
ser...
Sólo el ser del ser puede experimentar directamente la verdad.
El mí mismo está de este lado del río.
El ser está del otro lado del río.
El mí mismo, es lo que nada vale; lo perecedero.
El ser es lo imperecedero eso que es siempre nuevo.
El mí mismo es lo complicado, inconsciente y doloroso.
El ser es lo simple, feliz y consciente.
El mi mismo es un nudo que hay que desatar.
El ser es plenitud perfecta.
Las diversas circunstancias dolorosas de la vida, nunca podrían existir
más allá del tiempo.
Sentir uno lo que uno debe sentir, lo que nadie entiende, lo que ignora
el que siente, lo que no vale la pena sentir, es en realidad estar despierto.
Tras el sentimiento que uno considera tan real, existe otro sentimiento
que la gente no entiende.
Más allá de la luz existe la luz de la luz.
Más allá de la inteligencia, existe la inteligencia de la inteligencia,
más allá del fuego existe el fuego del fuego.
Sólo el grado más alto de “la intuición prajñaparamita” puede
experimentar directamente eso que se llama “sunyata”.
Todo bodhisatwa poseedor del glorioso cuerpo del nirmanakaya ha
experimentado alguna vez en forma directa el vacío iluminador, el sunyata.
samael aun weor
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