miércoles, 12 de agosto de 2015

EL GRANDIOSO PODER DE LA QUIETUD MENTAL

GNOSIS
EL GRANDIOSO PODER DE LA QUIETUD MENTAL
Por: samael aun weor

Hace ya muchos siglos estuve yo reencarnado en la China, durante la época histórica de la Dinastía Chou. Entonces me llamé CHOU LI y estuve afiliado a la orden del Dragón Amarillo.

El Logos Bendito me ha ordenado enseñarle a la humanidad de esta época, las SIETE JOYAS DEL DRAGÓN AMARILLO.
                      
Las iré enseñando conforme vaya encontrando elementos que las comprendan.

He ahí pues el punto difícil de la cuestión...

En aquella edad, los ascetas, dentro de la sala de Meditación, trabajábamos intensivamente.

Entonces, sabíamos muy bien, que existen 49 niveles subconscientes en la mente.

Queríamos todos llegar a la quietud y al silencio absoluto de la mente.

Nos preocupábamos intensivamente por experimentar el vacío iluminador, Y no ignorábamos, que “para poder subir hay que bajar, y que a toda exaltación le precede siempre una terrible y espantosa humillación”...

Esto de que llevar la mente a la quietud y al silencio, suele ser, realmente, mis caros hermanos, bastante difícil.

No se trata de poner mente en blanco, como suponen algunas gentes superficiales; la cosa va más lejos...

De qué serviría, por ejemplo, que diésemos la orden a este grupo de poner Mente en blanco, y que luego exclamarán los hermanitos para sus adentros: “¡Ya tengo la Mente en blanco!”

Eso sería verdaderamente estúpido, ¿verdad?

No sería inteligente.

Llegar a la quietud y silencio de la Mente es algo muy distinto, a lo que se llama “Mente en blanco”.

Se requiere, ante todo, trabajar en 49 Niveles Subconscientes.

Es bastante difícil, ¿verdad?

Téngase en cuenta, que dentro de cada uno de nos, dentro de nuestro mismo cuerpo planetario, tenemos una suma de agregados psíquicos inhumanos.

Estos controlan completamente al organismo y se suceden unos a otros.

Ahora se explicaran, cada uno de ustedes, por qué motivo el “animal intelectual” equivocadamente llamado “Hombre”, cambia a cada instante a cada momento:

Aquél que hoy jura amor eterno a la Gnosis, mañana es desplazado por otro que nada tiene que ver con tal juramento.

Aquél que jura amor eterno a una mujer, más tarde es desplazado por otro agregado inhumano que nada tiene que ver con dicho juramento, y entonces, el sujeto se retira.

Lo que hoy pensamos, mañana no es lo mismo; hoy tenemos una idea mañana otra.

Conforme los distintos agregados psíquicos inhumanos van controlando la máquina del “animal intelectual”, va pasando por distintos cambios.

Ésa es la cruda realidad de todo esto.

Así pues, el “animal intelectual” es una máquina, que ahora la controla un determinado agregado y que al rato, y más tarde otro.

No hay, pues, en el “animal intelectual”, un individuo responsable.

No está de más recordarles, que tales agregados personifican a nuestros defectos de tipo psicológico; y son tantos los defectos que “aunque tuviéramos gargantas de acero y mil lenguas para hablar, no alcanzaríamos a enumerarlos a todos detalladamente”.

Llegar, pues, a la quietud y silencio de la Mente, obviamente, es difícil, ¿verdad?

Se trata de que todos los agregados psíquicos inhumanos se queden quietos.

¿Y creen ustedes que ésa es tarea fácil?

Supongamos que logremos aquietarlos en el Nivel meramente Intelectivo; eso no sería todo, eso no sería suficiente como para llegar al SATORI Budista; eso no sería suficiente como para llegar a experimentar el TAO; y eso no sería suficiente como para llegar a vivenciar, en sí mismo, el Vacío Iluminador.

Así pues, el trabajo es, repito, dispendioso: se necesita lograr aquietar a la Mente en todos y cada uno de los 49 Niveles.

Mas cuando hablo de Mente hay que saber entender, porque existe el craso error de suponer, que el “animal intelectual” equivocadamente llamado “Hombre”, tiene ya una mente individual, un manas concreto, completamente organizado; y eso es absolutamente falso.

El “animal intelectual”, el bípedo tricerebrado o tricentrado no tiene mente individual; tiene mentes, y eso es diferente.

Cada uno de los agregados psíquicos inhumanos que hay adentro es, ciertamente, una mente por sí misma.

Así pues, son millares las mentes que posee el humanoide.

Pero voy a llevarlos a algo concreto, a que me lo entiendan bien: Cuando ustedes han jurado amor a alguien, lo han hecho sinceramente, ¿verdad?

Sin embargo, no los creo tampoco unos santitos.

Algunas veces puede que no lo hayan hecho tan sinceramente, pero lo juraron; sea como sea lo han jurado: ¡Amor eterno!

En ese momento ustedes se han sentido ustedes; en ese momento ustedes han podido decir: “Yo te amo, yo te juro amor eterno”, etc., etc.

Pero y después, ¿qué tal?

Cuando ya ése que juró ha sido desplazado, por otro agregado psíquico que no tiene velas en el entierro, ¿en qué quedó el juramento, las palabras de amor?

Pero cuando el que juraba, juraba, se sentían ustedes siendo ese Yo que juraba; y podrían en ese instante asegurar que no había ningún otro Yo que jurara.

Se sentían ustedes el último de los Yoes y el primero de los Yoes, y el auténtico y el legítimo; más después se han convencido de que, aquél que juraba, no era uno sino de los tantos yoes, ¿verdad?

Ése que pensaba tantas maravillas cuando juraba, no es el mismo que después desplazó a ése; no es el mismo que después juro amor a otra persona diferente; no es el mismo y nada tiene que ver con tal juramento.

Sin embargo en aquella ocasión, el que juraba, juraba y pensaba a su modo.

Entonces, es obvio que tenemos muchas mentes, ¿verdad?, que no existe una mente realmente Individual, que hay que crearla (eso es otra cosa).

Y es obvio que se pueden crear mediante la transformación del hidrógeno sexual si-12.

A base de incesantes transmutaciones, puede uno darse el lujo de crearse una mente Individual para su uso personal.

Pero las gentes normalmente no tienen una mente individual.

Cada uno de sus agregados psíquicos (o en otros términos, cada uno de sus yoes), tiene su mente propia.

Así pues, el “animal intelectual” tiene muchas mentes.

Piensen en lo que es aquietar a tantas mentes, y llevarlas al silencio completo y en 49 Regiones.

¿Creen ustedes que es cosa fácil? Es difícil, ¿verdad?

Dentro de cada uno de esos agregados psíquicos, o mejor dijéramos, dentro de cada una de esas mentes, está embotellada la esencia, la conciencia.

Urge desenfrascarla, desembotellarla, emanciparla, para que pueda experimentar, por sí misma, el Vacío Iluminador.

Entonces hay que hacerlo, ¿cómo?

En aquel tiempo (durante la Dinastía Chou, en China), nos ayudábamos con un instrumento musical, muy especial.

Desgraciadamente ese instrumento ha desaparecido.

Tal instrumento daba las 49 notas musicales (en síntesis forma el sonido nirioonosiano del universo.

El músico, el artista, el que ejecutaba, con aquel instrumento hacía resonar cada nota por separado.

Cuando vibraba la nota correspondiente al Segundo Departamento Subconsciente, nosotros, trabajábamos entonces en ese Segundo Departamento.

Y cuando hacía resonar la nota que correspondía al Tercer Departamento del Subconsciente, trabajábamos con el mismo; y cuando hacia resonar la nota 20, trabajábamos con tal zona; y cuando llegaba a la Región 49 (con la última de las notas), realizábamos el último de los trabajos, y la Mente quedaba quieta y en profundo silencio.

Es decir, primero bajábamos antes de subir.

Así los 49 Niveles quedaban absolutamente quietos; si la Mente en 49 Regiones quedaba en suspenso, obviamente, la Esencia se desenfrascaba, se emancipaba; y libre de toda clase de ataduras penetraba en el Vacío Iluminador.

Es bueno que ustedes sepan, que ése es el mismo santo okidanock, Omnipenetrante, Omnisciente, Omnicomprensivo.

Si en ese Vacío Iluminador están en las Leyes de la Naturaleza, entonces aquí, en este Mundo Físico, sólo vemos sucesión de causas y efectos.

Pero las Leyes en sí mismas, las Leyes de la Naturaleza, solamente podremos descubrirlas, tal cual son, en el Vacío Iluminador.

Aquí no vemos las cosas, como verdaderamente son, pero en el Vacío Iluminador, conocemos las cosas en sí mismas, “la cosa en sí”, como dijera el gran Filósofo de Königsberg, Don Emmanuel Kant..., “la cosa en sí”...

En el Vacío, la Esencia percibe con las facultades propias del Ser; y todo lo que percibe es transmitido a la humana Personalidad.

Resulta interesante saber, que en tales momentos, los centros motor y emocional se unen con el intelectual para tornarse receptivos.

Entonces aquello que la Esencia (en sí misma), está experimentando en Eso que es lo Real, en Eso que está mas allá del tiempo, en Eso que está mas allá del cuerpo, de los afectos y de la Mente, viene hasta la humana Personalidad, hasta el Centro Intelectual... Descripción: http://bibliotecagnostica.net/img/small/inaudible.gif

Y al pasar el éxtasis, el Satori de los Santos, el Samadhi, al regresar la Esencia al cuerpo físico, al cuerpo planetario, los recuerdos todos quedan, pues, en la Mente, en el entendimiento.

El problema para llegar, pues, a experimentar Eso que es lo Real, para llegar a vivenciar lo que es el Vacío iluminador, está precisamente en saber aquietar la Mente, en saberla llevar al silencio.

Obviamente, se empieza el trabajo en actitud receptiva; van viniendo al entendimiento distintos recuerdos del Ego: Pasiones, traiciones, afectos, apegos, tragedias, etc., y hay que irlas comprendiendo punto a punto; hay que ver, observar, comprender...

Cuando la procesión termine, quedará quieta la Mente en el Nivel Intelectivo.

Entonces, un nuevo esfuerzo nos hará descender a la Segunda Región del Subconsciente; nuevas escenas se van vivenciando, nuevos recuerdos, etc.

Trabajar se hará indispensable, necesario, hasta comprender cada una de esas representaciones, y conseguir la quietud y el silencio de la Mente.

Un tercer esfuerzo nos llevará a la Tercera Región Subconsciente y por ese camino vamos descendiendo por una gradería, dijéramos, simbólica, de 49 pasos, hasta conseguir la verdadera quietud, el auténtico silencio.

Si creemos nosotros que ya llegamos a la quietud, y sin embargo, no adviene nada nuevo, es por que no hemos llegado.

En ese caso tenemos que descender en nuestros propios Infiernos Atómicos y retar a la Mente y recriminarla.

Primero hay que hacerle comprender, mas si no entiende, hay que recriminarla, retarla, obligarla a obedecer. (En esta palabra “Mente”, estoy sintetizando a todas las mentes juntas, a todo eso que constituye el mí mismo).

Si se consigue la verdadera quietud de fondo, en las 49 Regiones Subconscientes, el Éxtasis será inevitable, vendrá el SATORI.

En tales momento, sumergidos en el Gran Vacío Iluminador, sentiremos como si la gota se hundiera en el océano y el océano en la gota.

La Conciencia se irá expandiendo cada vez más, como se expande una gota de agua cuando cae en el mar... Descripción: http://bibliotecagnostica.net/img/small/inaudible.gif ...cada vez más profundas.

Sentiremos ser el ave que vuela; el arroyo cantarín que se desliza entre su lecho de rocas; la florecilla movida por el viento; el árbol solitario que crece en la llanura; el cometa que se desliza veloz como una gota de fuego cayendo en un abismo sin fin; la Luna que rota alrededor de su centro de gravitación; el átomo, y la molécula; el ave que ensaya el vuelo al amanecer; el Sol que nace en el Oriente y que después se oculta entre su lecho de fuego, en el Occidente.

Todo sentimiento de separatividad desaparecerá.

Vivimos, por decirlo así, entre un océano de Luz que no tiene orillas.

La Conciencia se expandirá cada vez más y más y más.

Algunas olas se destacarán entre ese océano de infinita variedad de colores: los Dioses Santos...

Pero como la conciencia tiende a expandirse cada vez más entre el gran vacío, entre el santo okidanock, viene el terror y se pierde el samadhi, el éxtasis.

Es necesario prepararnos con anticipación para no llegar a sentir tal terror; es conveniente eliminar el Yo del miedo con anticipación, para jamás llegar a temer.

Porque sería lamentable perder el Samadhi, el Éxtasis.

Si no hay temor vendrá un cambio trascendental.

Encontraremos que ese gran vacío iluminador, ese santo okidanock, tiene un centro de gravitación, un centro gravitacional, que no es otro, sino el sagrado sol absoluto, el sagrado absoluto solar, del cual emana, realmente, el santísimo okidanock, omnipenetrante, omnisciente y omnimisericordioso.

Luego vendrá lo maravilloso: Convertidos en él, o fusionados con el ain soph paranishpanna (que no es sino la estrella atómica interior que siempre nos ha sonreído), viviremos dichosos en el radiante sol espiritual de la media noche. y será allí, precisamente allí, en donde entremos a conocer la verdad final y no en ninguna otra parte.

En ese gran sol absoluto se dice que el tiempo es 49 veces más rápido que en este mundo.

Los invito a reflexionar...

Es claro, mis caros hermanos, que aquí el tiempo es 49 veces más lento, ¿por qué? porque existen 49 departamentos subconscientes y el tiempo es completamente subconsciente, subjetivo.

Cuando afirmo que es 49 veces más rápido en el Sagrado Sol Absoluto, obviamente, entonces en el Sagrado Sol Absoluto no hay tiempo, ¿verdad?

Porque si aquí es 49 veces más lento, y luego sucede que en el Sagrado Sol Absoluto le quitamos 49, queda cero, ¿verdad? (Hablo de cálculos).

Entonces en el sagrado sol absoluto, ciertamente, no existe el tiempo.

Allí el pasado y el futuro se hermanan dentro de un eterno presente.

Allí vemos al universo íntegro, con todas sus famosas edades, como un eterno instante.

Y esto es algo extraordinario.

Ciertamente en este mundo físico somos víctimas de maya (la ilusión).

samael aun weor



No hay comentarios:

Publicar un comentario