LA MEDITACIÓN Por: Jeanne de salzmann
La meditación es la forma más alta de la inteligencia,
una intensa vigilancia que libera la mente de sus reacciones y que, por ese
hecho y sin ninguna intervención voluntaria, produce un estado de quietud.
Se necesita una energía extraordinaria, que sólo puede
aparecer cuando no hay ningún conflicto en nosotros, cuando el ideal, las
creencias, la esperanza y el miedo han desaparecido por completo.
Entonces, no aparece una contemplación, sino un estado de atención
en el que ya no hay nadie ni para participar ni para identificarse
con la experiencia.
Ya no hay, pues, experiencia.
Comprender ese hecho es importante en el más alto grado para
aquel que quiere saber lo que es la verdad, lo que es Dios, lo que está
más allá de las construcciones de la mente humana.
En ese estado de vigilancia, no hago nada, estoy
presente.
La mente está en un estado de atención en el que hay una lucidez,
una observación sin opción de todo lo que pienso, de todo lo que
experimento, de todo lo que hago.
La mente puede concentrarse sin fronteras.
Ese estado crea una quietud y cuando la mente está
perfectamente en calma, sin ilusión alguna, «algo» que no es construido por
la mente, lo inexpresable con palabras, empieza a existir.
jeanne de salzmann
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